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¿Cómo podría mamá Bett, esclava durante treinta y cuatro años, exigir la libertad?

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

Mum Bett Demanda por la Libertad, parte uno

“¡Ladrona!” la señora Ashley gritó y agarró del horno una pala de carbón al rojo vivo. Ella la levantó por encima de su cabeza, dispuesta a aplastar a Lizzie con ella. De inmediato Bett puso su brazo sobre de su cabeza y se lanzó entre su hermana Lizzie y la señora Ashley.

La pala golpeó el brazo de Bett y lo quemó profundamente. El dolor se disparó por todo su cuerpo. La señora Ashley se alejó tambaleándose. Lizzie trató de limpiar la herida y envolverla. Inmediatamente Bett pensó: esto está mal. No seré tratada de este modo de nuevo.

Pronto abandonó la casa Ashley. Había sido la esclava del coronel Ashley y su vengativa, enloquecida esposa. El coronel fue un abogado y juez, muy influyente en su comunidad de Sheffield, Massachusetts.

Bett fue a la casa de Theodore Sedgwick. Él era un amigo del coronel Ashley. Sedgwick era un abogado exitoso. Bett sabía que él había trabajado en la Constitución para el estado de Massachusetts, y que creía que las personas tenían el derecho a la libertad. ¿Creería él que ella tenía tal derecho?

En su casa, ella explicó, “Señor, he venido a ver si puedo reclamar mi libertad bajo la ley”.

Sedgwick no estaba preparado para su solicitud. ¿Cómo podría una esclava femenina y una afroamericana viviendo en 1781 esperar tener su derecho a ser libre? El preguntó, “¿De dónde salió esa idea?”

“Sr. Sedgwick, he escuchado a hombres en casa de los Ashley discutir los derechos de los seres humanos. En 1773, antes de la guerra, cuando los hombres en nuestra ciudad redactaron la declaración de Sheffield, se reunieron donde escuché las palabras de la declaración. He repetido palabras que oí leer ese día.

“‘Resolución, que la humanidad en su estado natural son iguales, libres e independientes uno del otro... Resolución, que el gran final de la sociedad política es garantizar de una manera más eficaz los derechos y privilegios con los cuales Dios y la naturaleza nos han hecho libres’”.

“A menudo durante la guerra revolucionaria escuché que todos los seres humanos nacen libres e iguales. Quiero ser una de esas personas libres e iguales. Yo no soy un animal. Soy una ciudadana de este país. Creo que la ley debe darme mi libertad”.

Sedgwick estaba fascinado. Creo que sé la base jurídica para que a mamá Bett se le conceda su libertad. La declaración de derechos en la Constitución de Massachusetts afirma que todas las personas son nacidas libres e iguales. Si todos los habitantes de Massachusetts están bajo las leyes de su Constitución, entonces mamá Bett debe estar protegida por ella.

En mayo de 1781 Mamá Bett y un esclavo masculino fueron representados por dos abogados, Sedgwick y Reeve. Los abogados pidieron al Tribunal una orden requiriendo la devolución de propiedad personal poseída ilegalmente. Esa propiedad era Mamá Bett y Brum. Sus dueños debían renunciar a sus reclamos de propiedad.

Soy Elena Gamez por Barbara Steiner compartiendo un caso significativo. La semana próxima podemos seguir a Mamá Bett y los años siguientes.

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