This Week's Story

Moisés vio el fuego envolver un arbusto; sin embargo, el arbusto se mantuvo.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

El Exilio del Desierto, parte tres

Estrella Brillante acarició a Moisés con amor. Moisés había huido de la ira del Faraón cabalgando sobre Estrella Brillante. Juntos cruzaron el desierto hacia Madián.

Sacó agua para Estrella y para él y se cansado se sentó en el pozo. Siete muchachas estaban sacando agua.

Unos pastores llegaron enojados gritando a las muchachas: “Váyanse y llévense consigo sus ovejas sarnosas.  Esta agua es para nosotros”. La espada de Moisés brilló en el aire. Los pastores se dieron cuenta que estaban en peligro. El terror los impulsó y por su seguridad corrieron desesperadamente.

Moisés suspiró con disgusto y ayudó a las chicas a terminar de darles agua a las ovejas. Ellas lo miraron con curiosidad, le agradecieron tímidamente y se marcharon. Luego, regresaron con un mensaje. “Nuestro padre, Jetro, te invita a comer a nuestra casa. Él está agradecido por habernos protegido”.

Moisés aceptó la invitación y permaneció allí por mucho tiempo hasta que finalmente se casó con la hija de Jetro, Séfora. A menudo

pensaba: “Es extraño que yo, siendo un príncipe de Egipto y esclavo hebreo, viva en una tienda de campaña y sea un pastor”.

Cuarenta años había pasado en Egipto y ahora cuarenta en Madián. A sus ochenta años, Moisés era fuerte de mente y cuerpo, y había sido escogido para una extraordinaria misión. En Egipto había sido criado y nutrido por su madre hebrea, educado y honrado como príncipe del Faraón, entrenado como soldado, y finalmente buscado por asesinar a un abusador de esclavos. En Madián vivió en exilio y paz.

Un día Moisés estaba apacentando las ovejas de su suegro cerca del monte Horeb cuando vio un fuego inusual. Un arbusto ardía en fuego, pero no se quemaba. Moisés se preguntaba por qué el arbusto no se quemaba. Quiero ver esto más de cerca.

Avanzó y una voz le habló: “Moisés, Moisés”.

Moisés respondió “Aquí estoy”.

“No te acerques. Quita tus sandalias. Estás pisando tierra santa. Yo soy el Dios de tus padres, Abraham, Isaac y Jacob”.

Moisés estaba sin fuerzas. ¿Le estaba hablando Dios a él?

“Moisés, los hebreos, mi pueblo, sufren en Egipto. Escucho sus gritos de misericordia. He venido a rescatarlos y guiarlos a una tierra en la que fluye leche y miel.

“Te estoy enviando al Faraón. Sacarás a mi pueblo de Egipto”.

Moisés tartamudeo: “¿Con qué derecho voy a comparecer ante el Faraón y cómo supones que saque a los hebreos de Egipto?”

Dios respondió: “Yo estaré contigo”.

“Pero Señor, si digo a los hebreos, ‘el Dios de nuestros padres ​​me ha enviado’, no me creerán”.

Dios dijo: “YO SOY EL QUE SOY. También diles, ‘YO SOY me envió a ustedes’. YO SOY será mi nombre por siempre”.

“Moisés, ve a Egipto. Reúne a los líderes hebreos. Diles lo que te he dicho. Ellos te escucharán e irán contigo al Faraón”.

Soy Elena Gamez por Bárbara Steiner anticipando la respuesta de Moisés. Por favor visita thisweeksstory.com

<< historia previa] [próxima historia >>


Facebook Join the conversation.