This Week's Story

La Historia de Esta Semana, El Despilfarrador

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

El Despilfarrador

Algunos líderes eran bocones con Jesús. “Jesús, sabemos quienes vienen a escucharte—encorvados, bribones, podridos villanos y mujeres sin moral. No nos digas que tú vienes de Dios, porque entonces nosotros seríamos unos farsantes”.

“Tranquilos, hombres”, les dijo. “Les contaré una historia”.

Había un hombre rico con dos hijos. El más joven le dijo a su papá, “No quiero que esperes hasta que te mueras para compartirnos tu dinero. ¿Podrías darme mi parte ahora?”

El padre aceptó, a pesar de su pregunta inadecuada. El hijo tomó su dinero y se fue de la casa. No enviaba mensajes a su familia. No sabían dónde vivía, lo que hacía, o si estaba vivo. Familiares, amigos y vecinos actuaban como si estuviera muerto porque había roto las tradiciones de la sociedad.

Él no fue a la escuela, ni consiguió un trabajo, ni ahorró o invirtió su dinero.  “A Festejar” era su lema, hasta que se terminó su dinero.

Vinieron los tiempos difíciles. No solo se le acabó el dinero, sino que el país donde vivía empezó a tener grandes problemas de escases de comida. Sus amigos de parranda no querían nada con él. Muy pronto ya no tuvo ni siquiera comida para él mismo. Le rogó entonces a un granjero que le permitiera alimentar a sus cerdos. ¡Pobre hombre! Hasta la comida de los cerdos se veía buena para él.

Finalmente, reconoció sus tontas decisiones y pensó, “Me voy a casa. Los trabajadores de mi padre tienen bastante comida y yo me estoy muriendo de hambre. Le diré a mi padre: ‘He sido un tonto. Sé que me equivoqué contra ti y contra Dios. No merezco ser llamado tu hijo. ¿Me darías trabajo?’”

Antes de llegar a casa, su padre lo vio venir y corrió a su encuentro. Lo vio con ropa sucia y mal oliente, su cuerpo desnutrido y pálido. Su padre lo abrazó con ternura y amor. Antes de que su papá hablara, su hijo le dijo, “Padre, sé que he pecado contra ti y contra Dios. No soy digno de que me llames hijo”.

El papá les dijo a sus trabajadores, “Traigan ropa limpia y zapatos nuevos para él y prepárenle un banquete. Tendremos una fiesta esta noche, y celebraremos con comida, música y baile para celebrar su regreso. Pensamos que estaba muerto, pero vive. Mi hijo estaba perdido, pero ha sido hallado”.

Mientras celebraban el hijo mayor del padre regresó de su trabajo de la propiedad familiar. Mientras afuera se escuchaba el sonido de la música y el baile, preguntó, “¿Qué está pasando?”

Un  trabajador le contestó: “Tu hermano ha regresado a casa. Estamos felices y tenemos una fiesta”.

El hermano mayor contestó muy enojado, “no voy a entrar y disimular que estoy feliz porque mi hermano bueno para nada ha regresado a casa”.

Su padre salió y le rogó, “Hijo, por favor pasa”.

“¡No! Por muchos años he trabajado duro para ti y he hecho todo lo que me has pedido. Nunca me has hecho una fiesta. Pero mi hermano regresa a casa después de desperdiciar tu dinero, y viviendo con mujeres en problemas, y tú lo premias”.

“Mi querido hijo, tú y yo estamos unidos; todo lo que tengo es tuyo. Pero tu hermano ha regresado a nosotros. ¡Él está vivo, estaba perdido, pero ahora ha sido hallado!”

Mientras Jesús terminaba de contarles la historia, observó a los líderes que lo habían estado atacando. ¿Sabían que Dios era el padre del perdón?

Soy Scott Thomas compartiendo la historia muchas veces llamada “El Hijo Prodigo”.

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