This Week's Story

Pablo y Silas son golpeados sin juicio y encarcelados.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

Un Observador Silencioso,
parte dos

"Se supone que debo ser un observador tranquilo en este viaje a Filipos con Pablo y Silas. Pero, no está funcionando. El día de hoy, casi perdía mi "serenidad". Una mujer salvaje cerca de mí de repente se calmó cuando Pablo la miró y le ordenó: "Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella". ¿Qué tipo de poder sobrenatural fue eso?

Más tarde mis puños estaban endureciendo, y yo estaba furioso mientras veía empresarios manipulando a una multitud y a funcionarios de la cuidad. El resultado fue Pablo y Silas, aunque inocente, fueron duramente golpeados y encadenados con cepos y puestos en el agujero interno de la cárcel de Filipos.

Yo sabía que estaban en un gran dolor pero empezaron a orar en voz alta y a cantarle a Dios. ¿Cómo van a orar y cantar?

Ahora, ¿qué está sucediendo? El suelo debajo de mí está temblando. ¡Estoy a-a- aterrorizado! Nunca he estado en un terremoto. Oigo el cimiento de concreto de la prisión quebrarse. Gritos de terror

me rodean. Puertas se están estrellando; cadenas están rechinando. El carcelero se acerca hacia nosotros. ¿Por qué está sacando su espada? La está girando hacia él.

Al instante Pablo grita: "¡No te mates. Ningún prisionero se ha escapado! "

El rostro del carcelero se contorsionó con temor. Si sus prisioneros escapan, recibirá sus sanciones. Estaba temblando mientras caminaba hacia Pablo y Silas. De pronto se pone de rodillas en frente de ellos y pregunta: "¿Qué tengo que hacer para ser salvo?"

De inmediato le dicen: "Cree en Jesucristo y usted y su familia serán salvos".

El carcelero se los lleva a sus propias habitaciones familiares. Pablo y Silas están sucios. Él comienza a lavarles la sangre y la suciedad que se muele en sus cortadas. La comida es traída y pronto toda la familia y sirvientes se reúnen. Mientras Pablo y Silas hablan con atención acerca de Jesús, veo cada vez mayor la creencia y la alegría en los rostros de todos. Es casi de mañana, cuando Pablo y Silas regresan a sus celdas.

La policía llega con un sorprendente mensaje de los funcionarios de la ciudad. "Pablo y Silas, son libres de irse. La paz este con vosotros”.

Estoy pensando, "¿Qué se traen estos funcionarios?"

Estoy asombrado y casi rio al escuchar la fuerte respuesta de Pablo. "¡Fuimos golpeados sin ningún juicio y encarcelados! ¡Somos ciudadanos romanos! ¡No vamos a irnos en secreto! Los funcionarios de la ciudad pueden venir y personalmente liberarnos”.

Alguien debería haber hecho su investigación mejor y aprendido la ciudadanía de Pablo y Silas. ¡Qué violación tan peligrosa! ¡Filipos es una ciudad importante para los romanos de 67 AD! No habrá cubrimiento de este trato a los ciudadanos romanos, a menos que Pablo decida no presentar cargos. Estos funcionarios de la ciudad han roto tres leyes romanas. Ningún ciudadano romano debe ser golpeado. Ningún ciudadano romano debe ser encarcelado sin un juicio. Y, ningún ciudadano romano será encadenado con cepos.

Los funcionarios vienen rápido personalmente a liberar a Pablo y Silas. Son casi patéticamente humildes. "Por favor, señores, dejen Filipos pronto. Te pedimos perdón por no saber que eran ciudadanos de Roma”.

Pablo y Silas aún no se irán de Filipos. Ellos van a reunirse con los nuevos creyentes cristianos. Se irán pronto, pero viendo a Pablo, sospecho que volverá. Él se preocupa por la gente de aquí.

Soy Elena Gamez con una historia de Barbara Steiner de una historia Biblica en el libro de Hechos 16, en la que yo era  observador silencioso.

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