This Week's Story

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Una vez estuve ciego, pero ahora puedo ver.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

¡Puedo ver!

Esta mañana estaba mendingando sentado a un lado de la calle Olive. Escuché a alguien caminar hacia mí y escupir en el suelo empolvado. El mendigo que estaba a la par mía murmuró, “¿Porqué está el mezclando su saliva con la tierra?

La gente se aglomeró a nuestro derredor. Una persona preguntó, “¿Qué está haciendo Jesús?”

El hombre empezó a untar el lodo sobre mis ojos. Cuando él terminó, me dijo con voz de autoridad, “Ve al pozo de Siloé y lávate el lodo de tus ojos.”

Yo hice lo que él me dijo. ¡Ahorita mismo algo me está pasando! Escucho a los niños correr; mi bastón lo siento extraño; y ¡estoy viendo distintas figuras! Las veo arriba, abajo, a mi derecha, a mi izquierda. ¿Será que estoy viendo por la primera vez en mi vida?

Caminaré al mercado. ¿Es ese el hueco con el que me tropecé ayer? Ohhh, ¡que rico huele! ¡Creo que huele a carne asada! ¡Nunca creí que la carne asada era así! ¿Están vendiendo rosas? Se supone que son rojas. ¿Es ese el color rojo?

Veo y escucho a hombres hablar. “Benjamín, ¿eres tú? Te pareces a Benjamín, pero él nació ciego.”

Muchachos, mírenme de cerca. Claro que sí soy Benjamín. Ustedes son mis vecinos. Ustedes me conocen desde hace muchos años atrás. ¡Sí, ahora puedo ver! ¡Un hombre llamado Jesús me sanó!

“¿Dónde está ese hombre Benjamín?”

“No lo sé.”

“Es mejor que vengas con nosotros donde están los fariseos. Ellos son la autoridad religiosa. Ellos investigarán la verdad de tu historia.”

“!Que tontería! ¿Veo o no veo?”

Mis vecinos y yo fuimos a ver los sacerdotes. Ellos me examinaron detenidamente y empezaron a discutir. Algunos decían que Jesús había hecho lo incorrecto porque me había sanado en el día de reposo. “Ese hombre no es de Dios.” Otros insistían, “Por supuesto que el viene de Dios. Si fuera un pecador, no hubiera podido haber hecho un milagro de Dios.” Todos me hacían preguntas, especialmente, “¿Quién crees tú que es ese hombre que te sanó?”

Yo les dije que Él era un profeta.

Finalmente los sacerdotes dijeron, “Tu nunca fuiste ciego. Dinos la verdad. Eso dará gloria a Dios.”

Otros decían en voz alta, “Tu historia no tiene sentido, porque sabemos que Jesús es un pecador. Él no podría hacer ninguna buena obra.”

Les dije a los que me acusaban, “No sé si Jesús es un pecador o no, pero lo único que yo sé es esto: “Yo estaba ciego y ahora puedo ver.”

Esa respuesta no fue suficiente para detener la discusión. Ellos me preguntaron de nuevo, “¿Qué fue lo que hizo Jesús? ¿Cómo fue que te sanó?”

Entonces ya un poco enojado les contesté. “Ya se los dije. ¿Acaso es que ustedes no escuchan? ¿Quieren ustedes ser seguidores de Jesús?”

Ellos me maldijeron y dijeron, “Tú eres un seguidor de Jesús. Nosotros seguimos a Moisés y Dios habló a Moisés. Nosotros no sabemos nada de ese Jesús.”

Yo no quise darme por vencido. “Ustedes dicen que no conocen nada acerca de Jesús, pero el sanó mis ojos. Desde el principio del mundo nadie había podido abrir los ojos de alguien que hubiera nacido ciego. Este hombre tiene que venir de Dios. Dios no escucha a nadie que le ha desobedecido a él.”

Ese fue el final. Fui expulsado de la sinagoga. Más tarde me encontré con Jesús y me dijo que es él quien da vista a los ciegos. Jesús dijo: “He venido a este mundo para hacer juicio; para que vean los que no ven y para mostrarle a los que creen ver, que realmente no ven.”

Benjamín dijo: “Yo creo en ti Señor.”

Soy Scott Thomas. Esta historia se encuentra en Juan 9 en la Biblia. Por favor checa nuestra página web: thisweeksstory.com.

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