This Week's Story

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Cuando los matones le pegaban al viajero, el es rescatado por un hombre que desprecia.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

¿Quién es mi prójimo?

Leighton estaba pasando por una etapa muy difícil, enfermo, trabajando para pagar sus facturas médicas y terminando su carrera de ingeniería. Después de su accidente en motocicleta, él publicó en su muro de facebook: “Ah! y solo para que quede registrado, la chica que me golpeó se escapó, y quienes vieron el accidiente también se fueron. Cuarta y Sur en Salt Lake City, a la hora más ocupada del día y sin testigos”.

¡Triste! pero ni la persona que provocó el accidente, ni ningún testigo le ayudó. Con su celular, él logró llamar a un amigo, quién le pidió una ambulancia.

La experiencia de Leighton me recuerda una conversación que Jesús tuvo cuando un hombre le preguntó, “¿Qué puedo hacer para tener vida después de la muerte?”

Jesús le respondió, “¿Qué enseñan las leyes de Moisés?”

El hombre dijo, “Que debo amar a Dios y a mi prójimo como a mi mismo”.

“Correcto”.

“Sí, ¿pero quién es mi prójimo?”

Entonces Jesús le contó al hombre una historia.

Un viajero iba por un área muy peligrosa, donde asaltantes siempre roban a la gente. Fue brutalmente golpeado y lo dejaron inconsciente. Le arrancaron sus ropas, le robaron su dinero, y lo dejaron ahi, tirado y ensangrentado a un lado de cierto camino.

Un segundo viajero también pasó. Sintió horror cuando se topó con el hombre medio muerto. El viajero siguió su camino. Al instante supo lo que haría—no se metería en lo que no le importa. Y cruzó el camino y se alejó rápidamente de su vista.

Un tercer viajero pasaba por ahí. Desde enfrente de la calle veía el cuerpo tirado. Cruzó la calle y puso atención en lo que alcanzaba a ver de reojo. ¡Qué repugnante era ver la sangre! En seguida regresó a su lado del camino y siguió caminando rápidamente.

Después un viajero, llamado Sam, pasó por ahí. Él era obviamente de una diferente clase social a la de los otros hombres. Cuando vio al hombre tumbado y ensangrentado, sintió lástima. Se arrodilló al lado del cuerpo, examinándolo con mucha atención. ¿Qué podría hacer para ayudarle? De su estuche de primeros auxilios,  tomó medicina y vendas. Y empezó a tratar de aliviar las heridas del hombre ya en agonía.

Con cuidado llevó al hombre a un hotel en el próximo pueblo, donde podría comer, pero no había un doctor u hospital disponible. Así que Sam limpió y alimentó al hombre. Lo cuidó toda la noche.

La siguiente mañana, Sam le preguntó al gerente del hotel, “¿podrías cuidar al hombre que traje? Por favor, aliméntalo y déjalo estarse aquí hasta que pueda viajar a donde él necesite ir. Te daré dinero suficiente para cubrir los gastos. Si es necesario, te pagaré lo que te falte cuando regrese”.

El pobre hombre golpeado y los dos hombres que pasaron y no lo ayudaron eran del mismo pueblo. Sam no era uno de ellos. El creció sabiendo que ellos despreciaban a la gente de Sam llamándolos “perros”. Aun así, Sam, el extranjero, sintió lástima y mostró compasión por él.

Después de platicar esta historia, Jesús preguntó, “¿Cuál de los tres hombres se portó como un prójimo con el hombre atacado por los asaltantes?”

La respuesta fue, “el hombre que mostró piedad”.

Y Jesús les dijo, “muestren ustedes esa misma actitud”.

Leighton sí que se hubiera beneficiado con la ayuda de Sam.

Soy Scott Thomas con la historia bíblica “El Buen Samaritano” que ha sido famosa por siglos y ha influenciado leyes americanas que protegen a la gente que ayuda a malheridos.

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