This Week's Story

¡un equipo de baloncesto y un entrenador con inteligencia y corazón!

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

¡Hacia el juego final! parte tres

Estábamos invictos cuando jugamos contra Seattle. Habíamos clasificado para el torneo de la NCAA. Nuestra temporada fue 23 victorias y 0 derrotas. El juego contra Seattle fue el último partido de la temporada regular. Perdimos y merecíamos perder. Establecí un toque de queda para los jugadores.

Esa noche mis chicos se escaparon con Bobby Joe. Regresaron a las 3:00 a.m. y rápidamente me enteré que habían sido arrestados. Los desperté a las 4:30 a.m. En el viaje en avión, nuestro asistente y nuestro entrenador no los dejaron dormir. Fueron lo suficientemente sabios para quedarse callados.

Recordé lo que me dijo un amigo. Él había jugado para mi entrenador, el Sr. Iba, en Oklahoma y conocía el juego. Me dijo “Don, sabes que esos tipos que tienes son otra cosa. Juegan duro. Podrían ganar a lo grande”.

Envié a Bobby Joe a la banca por haber lidereado el fiestón de Seattle en la ciudad. El problema fue que nuestro próximo juego era en el torneo de la NCAA. Tuve que motivar a Big Daddy D Lattin para el

juego de Oklahoma. Moe, mi asistente, y yo lo convencimos de que íbamos a jugar contra Weasel, el mejor reboteador de la nación.

En el juego, Big Daddy de inmediato se puso en movimiento, consiguiendo veinte puntos y quince rebotes. Todavía estábamos deprimidos. En el descanso me di cuenta de que Bobby Joe, aunque estaba en la banca, estaba en medio de los muchachos, tomándolos y dándoles consejos basados en cómo los había visto jugar. Siete minutos antes del medio tiempo puse a Bobby Joe en el juego. Ganamos el juego.

Siguieron más juegos. Pasamos de las regionales a las semifinales nacionales, y luego al campeonato nacional para jugar contra los Kentucky Wildcats, Rupp's Runts. Se esperaba que nos derrotaran. El entrenador Rupp dijo en privado que ningún equipo negro podría vencerlo. Bueno, éramos un equipo de blancos y negros. Mis muchachos no se sintieron intimidados con la charla basura.

Decidí poner en marcha tres guardias. Sabíamos muy poco sobre las estrategias de Kentucky. Les gustaba correr. Volveríamos a la defensa y usaríamos tres guardias para detener cualquier ruptura antes de que los Runt pudieran correr. Fuimos con una nueva formación. Nadie en la multitud pareció reaccionar a que tuviéramos cinco titulares negros. Era una regla no escrita no comenzar con cinco jugadores negros.

Le dije a Big Daddy Lattin que llevara la pelota al aro e hiciera un mate. “Haz el mate como nunca nadie jamás ha visto un mate”. Sabía que Lattin podía ser intimidante con sus 244 libras, seis pies y seis pulgadas y su apariencia. Hizo la volcada y Bobby Joe sorprendió al gran manejador de pelota de los Runt con dos robos del balón.

El juego no fue extraordinario, solo un juego entre dos buenos equipos. Después, todos los jugadores de Kentucky vinieron y estrecharon la mano de Big Daddy. Obtuvimos el título nacional de la NCAA y volamos a casa en El Paso. La pista estaba llena de fanáticos. Fue maravilloso verlo.

Soy Scott Thomas por Barbara Steiner.

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