This Week's Story

Lo haré a mi manera! ¡No es tuyo!

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

Un Ciclo Mortal, parte uno

Hice esta arma; y ahora la tomo para matar a un rey enemigo, quien ha abusado de mi pueblo por dieciocho años. Ehud miró ceñudo hacia abajo. ¿Era visible la daga de doble filo, de dieciocho pulgadas? ¡No! Él la había atado debajo de su ropa.

Él tomó el dinero de los impuestos que le habían pedido entregara al rey Eglón. Pensó amargamente, ¿hay algo peor que tener que pagar impuestos a un enemigo?

Nosotros los Israelitas seguimos cometiendo errores. Hacemos lo que queremos, ignoramos a Dios y adoramos ídolos. Tampoco les hablamos a nuestros hijos de cómo Dios nos ha protegido en el pasado.

Estamos en problemas otra vez, y queremos la ayuda de Dios. Él debe estar cansado de nosotros; pero nos tiene misericordia.

Después de entregar el dinero de los impuestos al rey Eglón, Ehud viajó lejos del Palacio. Cuando regresó le dijo al rey, “Tengo un mensaje secreto para ti”.

El rey Eglón ordenó a sus siervos, “guarden silencio y salgan de la habitación”.

Ehud caminó hacia el rey hasta quedar frente a él. Rápidamente tomó su daga y se la clavó al rey. El rey era muy obeso y la daga le penetró tan profundamente que el puño desapareció en la grasa del rey. Ehud dejó la daga y se lanzó por el eje de una alcantarilla.

Los siervos del rey estaban desconcertados. “¿Por qué el rey no nos llama?” Cuando fueron a verlo, lo encontraron muerto y acostado en su sangre.

Ehud se fue por la región montañosa de Efraín, reuniendo a hombres israelitas para luchar. “¡Síganme! El Señor nos dará la victoria sobre nuestros enemigos”. Cuando los israelitas atacaron, mataron a 10.000 de los soldados más fuertes de Moab. La nación de Moab fue conquistada; e Israel vivió en paz por los siguientes ochenta años, hasta la muerte de Ehud.

Los israelitas repiten su ciclo mortal de obedecer y desobedecer a Dios. Con su rebelión vino debilidad, derrota y épocas duras. Fueron oprimidos por los cananeos. El comandante general del ejército cananeo, Sísara, fue especializado en ataques brutales. Ellos tenían novecientos carros de hierro como parte de su armamento.

Durante veinte años los israelitas vivieron en miedo bajo los cananeos. Ningún lugar era seguro. De nuevo empezaron a orar, “Dios, hemos violado tu amor y tus decretos. Por favor, Perdónanos. Sólo tú puedes ayudarnos”.

Una mujer sorprendente Israelita estaba en medio de ellos. Ella era profeta y juez. Deborah, como profeta, era inspirada por Dios para comunicar su voluntad a la gente. Como juez, ella solucionaba los problemas aplicando la ley de Moisés y las costumbres de los israelitas.

Un día envió un mensaje a Baraque. “Este es el mandato de Dios para ti. Alista a 40.000 hombres Israelitas de las tribus de Neftalí y Zabulón y reúnanse en el Monte Tabor. Yo, el Señor, le tenderé al General Sísara y a su ejército una trampa. Les daré la victoria sobre él.”

Baraque le contestó a Deborah, “Iré, pero únicamente si tú vas conmigo”.

¿Fue Baraque un cobarde? ¡Qué respuesta la que dio en una cultura de hombres Reyes, hombres generales y hombres soldados! Pronto escucharemos la respuesta de Deborah.

Soy Elena Gamez por Bárbara Steiner con otra historia de la Biblia, la cual no se ajusta al estereotipo normal. Por favor chequea: thisweeksstory.com.

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