This Week's Story

Verdadero o falso Stubby era un perro. Stubby entró en el servicio de combate de primera línea.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

Stubby: Desde la Zona de Guerra hasta los Presidentes, part two

Dos de nuestras compañías habían estado bajo ataque por dieciocho horas y quitadas del regimiento. “Quiero la compañía del cuartel general en las líneas”, ordenó el coronel Parker.

Pronto Stubby, mascota de la División “Yanquii” 102ª de infantería y su maestro Conroy estaban en las trincheras con otros soldados aliados. Conroy escuchó el estallido de las armas alemanas tirando los tiros “minnie shells”. Cada uno pesaba cincuenta kilos.

Las armas aliadas rugían. Algunas eran montadas en vagones con plataforma plana. Generalmente Stubby podía oír las balas del enemigo entrando en sus armas antes de que los seres humanos las escucharan. Cada vez que iniciaba un nuevo bombardeo, él ladraba para darles alarma. Si olía gas venenoso en un bote que los alemanes disparaban contra las tropas, él también ladraba para dar alarma.

Cuando el enemigo empezaba a retirarse, él fue al campo de batalla. Un proyectil estalló y pedazos de metal le pegaron en el pecho. Conroy se arrastró desde una zanja y rescató a Stubby.

Conroy cargó a su querido perro al doctor del regimiento quien ordenó, “pónganlo en una ambulancia”.

Por seis semanas estuvo recuperándose en un hospital. En junio él se reunió con Conroy y el regimiento de infantería de la 102. La división había estado luchando al frente de batalla desde los principios de febrero.

Muchas tropas aliadas estaban llegando a Francia. Para julio de 1918 ya estaban acabando con los alemanes. Empezaron a tomar prisioneros de guerra. Conroy estaba con una unidad de inteligencia que se encargaba de la identificación y seguridad de los soldados alemanes.

Stubby era ideal para este trabajo. Podía reconocer a soldados enemigos por medio de la vista y olfato. Él distinguía sus ropas. Cuando eran capturados, él caminaba junto a ellos y les ladraba o mordía para mantenerlos cooperando.

Cuando los cuerpos yacían en los campos de batalla, él encontraba los aliados heridos y guiaba a los médicos a ellos. A veces esperaba con un hombre hasta que fuera rescatado, o se quedaba con un hombre moribundo hasta que moría.

Durante la campaña de Mosa-Argonne que estuvo llena de lluvia, barro, bombardeos y muerte, Stubby capturó a un soldado alemán. Cuando él intentó correr, Stubby lo derribó. Hundió sus dientes en los pantalones del soldado y no lo soltó hasta que llegó más ayuda.

El 11 de noviembre de 1918 fue declarado un cese de fuego. Cientos de amigos de Conroy se reunieron alrededor de su mascota. Algunos dijeron que Stubby había traído la victoria.

El día de Navidad de 1918, el Presidente Woodrow Wilson conoció a Stubby. El le saludó con su pata. Stubby fue honrado con medallas, cintas y comida especial. Se convirtió en el sargento Stubby. Fue presentado a dos presidentes más. El General Pershing puso una medalla de oro en la chaqueta de Stubby. En 1926 Stubby murió a la edad de once o doce años.

En los momentos más difíciles de la guerra mundial, Stubby y muchos otros perros trajeron consolación y ayuda a los soldados.

Soy Elena Gomez por Bárbara Steiner invitándote a disfrutar thisweeksstory.com

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