This Week's Story

Las manchas de sangre están en las aceras, pero los húngaros respiran esperanza.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

El Enigma de Liderazgo,
parte ocho

Peter caminó curiosamente con su hermano. Esta es nuestra ciudad, nuestro país. ¡Budapest, Hungría! Veo manchas de sangre en las aceras y calles, residuos de guerra, ¡y algo diferente!

“Alex, ¿estás mirando a la gente alrededor nuestro?”

Sí, ¡y me siento como ellos! Por primera vez en muchos años estamos públicamente hablando, sonriendo y discutiendo sobre cómo queremos que nuestra vida y gobierno sean. ¡Tenemos esperanza! Los soldados rusos se fueron, la policía secreta está oculta, y los rusos han puesto a Imre Nagy en liderazgo! Él quiere reforma. El guió antes a nuestro gobierno. Los rusos lo quitaron porque él quería reformas. Por casi once años nuestros líderes comunistas han sido crueles.

“300.000 húngaros han desaparecido. Nunca sabemos quién podría ser el próximo desaparecido. Nuestro pueblo ha sido encarcelado, exiliado o matado. El gran enigma es que como hemos sido intimidados, nos han dicho por radio, periódico, profesores, y clases de adoctrinamiento que nuestras vidas están mejorando. El mundo exterior está fuera de sus límites. Es el enemigo mismo, especialmente los Estados Unidos.

“Peter, hace dos semanas, eras un niño de quince años de edad bajo el hechizo de una clase de adoctrinamiento comunista. Cuando Papá desapareció, fuiste a buscarlo. Viste manifestantes a los que no se les dio ninguna oportunidad para presentar sus quejas con nuestro gobierno. También fuiste testigo del inicio de la revolución húngara el 23 de octubre de 1956. Estudiantes universitarios, obreros, niños y niñas y personas como nuestra familia fueron disparados por las tropas rusas y la AVO húngara. Nosotros nos defendimos.

“Esa primera noche el líder principal comunista de Hungría, Erno Gero, hizo un anuncio de radio. ‘Queridos compañeros, queridos amigos, trabajadores de Hungría. Hoy, el objetivo principal de los enemigos de nuestra gente, es de tratar de sacudir el poder de la clase trabajadora, para debilitar la alianza obrero-campesina, y de este modo socavar el papel de liderazgo de la clase de los trabajadores en nuestro país y perturbar la fe en su partido, en el partido de trabajadores Húngaros’”.

“Pero, Alex, los trabajadores lucharon contra el gobierno”.

“Sí, las palabras de Gero no eran ciertas”.

“Alex, ¿crees que la tropas rusas y los tanques permanecerán fuera de Budapest?”

“Los rusos pueden estar intentando calmarnos con unas pocas reformas temporales. ¡Necesitamos ayuda del oeste!”

El 4 de noviembre de 1956 a las 4:00a.m., los tanques rusos regresaron a Budapest. La revolución había comenzado hace trece días. A las 5:20a.m., el primer ministro, Imre Nagy anunció en la radio, “Hoy al iniciar el día, las fuerzas soviéticas iniciaron un ataque contra nuestra capital, obviamente con la intención de derribar el gobierno democrático húngaro. Nuestras tropas están peleando todavía. El gobierno todavía está en su lugar. Yo notifico a las personas de nuestro país y el mundo entero de este hecho”.

Más tarde en la mañana se escuchó una última apelación. “Ayuden a Hungría... ayuda, ayuda, ayuda...” La transmisión fue detenida.

Soy Scott Thomas por Bárbara Steiner. Me gustaría regresar y terminar con la respuesta de Occidente y la huida de más de 200.000 húngaros.

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