This Week's Story
El general Washington se negó a rendirse o permitir que sus tropas se suicidaran. ¿Cómo pueden escapar?
This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.
La Esperanza en una Trinchera y un Bote Pequeño, parte dos
“Si salgo de esta pésima trinchera, ¡me voy a casa! Ayer peleamos y perdimos. ¡Desde entonces he estado pudriéndome aquí! ¿Me estoy acostumbrando a mi nuevo hogar? ¡No cuando tengo hambre, frío y cuando el viento empuja la lluvia hacia mi!
“Bud, te gusta jugar. Lo que está en juego en esta Guerra son la vida y la libertad por el tiempo que tome para ganar. Ayer luchamos para proteger a la ciudad de Nueva York y perdimos, pero estamos vivos. Es difícil que estemos atrapados y esperando el ataque final del enemigo”.
“Yo no quiero morir ahora”.
“Bud, escuché a un oficial decir que ayer al menos 300 murieron y más de mil fueron capturados. Estamos bajos en números, con poca pólvora y no estamos preparados para luchar contra soldados experimentados británicos o alemanes. Algunos de nosotros pudimos huir de la batalla de ayer, pero muchos de nosotros luchamos con bayonetas que venían hacia nosotros.
“Independientemente de los riesgos, debemos luchar para derrotar a los británicos, y que Dios nos ayude”.
“Jack, yo también quiero la libertad de la que hablas. Tengo mi propia cabaña, un terreno, y una esposa e hijos. No tendría eso en Inglaterra. ‘La única tierra en la que viviría pertenecería a otra persona’. Sí, me quedaré en esta trinchera abandonada de Dios”.
El general Washington , el comandante en jefe y oficiales superiores se reunieron. “Hombres, esta noche rescataremos a nuestro ejército sacando a nuestros soldados de Brooklyn en pequeñas embarcaciones. Cruzaremos el Rio Este y nos uniremos a nuestras fuerzas en la isla de Manhattan”.
“General, está a una milla a través del Rio Este. Si los británicos detectan nuestros barcos, seremos destruidos”.
“No tenemos otra opción. No nos rendiremos y pelear sería un suicidio”. Entre los soldados había remeros expertos, y encontraron pequeñas embarcaciones.
Esa noche los botes y los remeros movieron a miles de hombres al otro lado del río. Había viento fuerte y agua oleada, a la medianoche el viento se detuvo. Era urgente que ningún ruido captara la atención de los británicos cercanos.
Alrededor de las 2:00 a.m. una orden fue malentendida y los soldados que estaban en posiciones de frente en tierra, comenzaron a ir a los botes. El general Washington, les ordenó a los soldados a que volvieran a sus posiciones.
El sol comenzó a salir. Se necesitaban tres horas más para llevar a todos los soldados a cruzar el río con seguridad. Muy pronto la luz los expondría al enemigo. Entonces, extraña e inesperadamente, una densa niebla parecía venir del suelo cubriendo a los británicos y los estadounidenses. Permaneció hasta que el último bote abandonó la costa. Los británicos comenzaron a disparar. ¡Demasiado tarde! Ni un solo soldado murió al cruzar.
El comandante Ben Tallmadge escribió que vió como vino y se fue la niebla. Él, al igual que muchos otros soldados, le dieron a Dios el crédito por la niebla.
Soy Scott Thomas por Barbara Steiner con una grabación de un notable escape. Los nombres de Bud y Jack eran ficticios.
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