This Week's Story

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Una mujer rechazada halla perdón.

This Week’s Story relives American history and the Bible through brief inspiring stories presented on mp3 audio recordings and text for reading.

Estoy Sobreviviendo

Crees que soy una mujer inmoral. ¡Tienes razón! No espero que nadie confíe en mí.

Hace dos semanas estuve en la región de Galilea. Vi una multitud de personas escuchando a un hombre llamado Jesús. Era muy fácil entenderlo. Él dijo, "Dios bendice a los que se dan cuenta que le necesitan. Él también bendice a los misericordiosos".

No quiero oír hablar de misericordia. Aquí todo es ojo por ojo. Olvídate de misericordia.

Pasaron los días y otra vez estoy escuchando a Jesús. Un hombre paralítico fue llevado a él. No puedo creer las palabras que Jesús está diciéndole, ¡Ten ánimo, hijo! Tus pecados te son perdonados".

Deseara haber podido escucharlo mejor. En cambio, religiosos hipócritas cerca de mí enojados murmuraban, "¡blasfemia! Ese hombre cree que es Dios".

Me pregunto, "¿hay alguna probabilidad de que pudiera ser Dios?

Jesús pudo leer sus pensamientos y les dijo: "¿Qué creen es más fácil decir: tus pecados te son perdonados.' o decir, ' levántate y anda'? les mostraré que tengo la autoridad en la tierra para perdonar pecados".

Él se vuelve al paralítico y le dice, "Levántate y ve a tu casa. Estás sano".

¿Qué estoy viendo? El hombre lisiado comenzó a saltar. Estoy asustada y sin embargo ¡esto es una maravilla! Algo me está pasando. Siento una herida sanando dentro de mí. ¿Podría ser que he visto la misericordia? Este hombre puede sanar y perdonar mis pecados. Voy a ir donde él.

Escucho a ese farsante religioso Simón pidiéndole a Jesús que venga a su casa a cenar. Yo no estoy invitada, pero ahí estaré.

Más tarde entré a la casa de Simón con una caja de alabastro con crema muy costosa. No puedo dejar de llorar mientras camino hacia Jesús. Me arrodillo al lado de sus pies descalzos y comienzo a aplicarle la crema. No puedo dejar de llorar. Trato de limpiarme las lágrimas con mi cabello y beso los pies de Jesús una y otra vez.

Simón está enojado porque estoy aquí. Piensa que Jesús no sabe qué clase de mujer he sido. Él está seguro de que si Jesús lo supiera, me rechazaría.

Jesús le dice a Simón, "Simón, mira esta mujer arrodillada a mis pies. Cuando llegué a tu casa, no me diste ni agua para lavarme el polvo de mis pies. Esta mujer lavó mis pies con lágrimas y los limpió con sus cabellos. Tú no me saludaste. Ella besó mis pies con amor. No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ungió mis pies con crema perfumada. Sus pecados que son muchos, le han sido perdonados. A quien poco se le perdona, ama poco”. Jesús se volteó a mí y me dijo, “Tus pecados te son perdonados”. Yo contesté, “Jesús, te amo”.

Soy Elena Gamez, privilegiada de compartir otra historia de la Biblia. Por favor visite: thisweeksstory.com.

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